Son jóvenes, se organizan por las redes sociales y han lanzado hasta un canal de televisión en internet. La lucha contra la corrupción, especialmente la del Gobierno socialdemócrata, se ha convertido en una seña de identidad para una nueva generación de rumanos, publica el diario La Vanguardia, que recoge un reportaje de la agencia EFE.

Protestele din BucurestiFoto: Bogdan Dinca/Facebook

"Estamos vigilantes y en pie de guerra contra la injusticia", explica a Efe Mihai Tudorica, un consultor de 36 años que recibe continuamente llamadas de activistas que le preguntan sobre la estrategia a seguir. El tiempo libre tras su jornada laboral y durante las vacaciones lo dedica a moderar el grupo de Facebook que él mismo fundó, "600.000 por la Resistencia", en alusión a los cientos de miles de ciudadanos que se manifestaron contra la corrupción el pasado febrero en este país de Europa del Este. "Difundimos información que incluso logramos antes que los medios tradicionales", dice Tudorica, quien sólo ha disfrutado de dos días libres desde febrero, cuando se produjo la mayor oleada de protestas desde la caída del comunismo en 1989.

Cientos de miles de rumanos salieron entonces a las calles para protestar contra una ley que indultaba a condenados por ciertos delitos de corrupción. La movilización fue tal que el Gobierno socialdemócrata retiró la medida. Además, Tudorica es uno de los creadores, junto a otros voluntarios, del canal Rezistenta TV, que se difunde por internet y que tiene una audiencia de 150.000 personas por semana.

"No somos expertos ni un medio de comunicación sino más bien educadores", explica. Aunque en Rumanía siguen siendo habituales ciertos sobornos, como pagar a médicos de la sanidad pública por una mejor atención, lo que indigna a los ciudadanos es la corrupción en la clase política.

Rumanía sigue siendo el segundo país más pobre de la Unión Europea (UE) y, si bien se han producido mejoras, la mayoría de los ciudadanos cree que no se está repartiendo de forma justa el crecimiento económico, que en el tercer trimestre fue del 8,6 % interanual.

Los escándalos de corrupción, por cientos de millones, de algunos políticos contrastan con el salario medio rumano de 460 euros y el trasfondo de este movimiento de protestas es la demanda de mayor transparencia y calidad de vida. La agenda de Tudorica es frenética, al igual que la de otras muchas organizaciones que han ido apareciendo a lo largo de estos meses, como Coruptia Ucide (La Corrupción Mata). La lucha contra la corrupción se ha convertido en el catalizador del malestar de una nueva generación joven, bien formada, y que aspira a que Rumanía se convierta en un país europeo avanzado. En las últimas semanas las movilizaciones han vuelto a las calles de las principales ciudades rumanas para denunciar que "una mafia política ha tomado el control de Rumanía".

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